A3: Actitud + Aptitud + Acción

Viernes 4 marzo 2011 11:41
Escrito por Rosó Marcellés Doménech



Como decíamos en un post anterior, el ser humano es un ser integral, un todo, cuyo cerebro no sabe discernir entre las diferentes parcelas de su vida, aunque estemos convencidos de que ello es posible. De nada sirve pensar que los problemas personales no se trasladan al ámbito profesional, o que los problemas profesionales se quedan en la oficina. ¡No es cierto! De nada sirve someterse a situaciones de relajación durante el fin de semana, si volvemos a una misma dinámica el lunes. De nada sirve realizar largas jornadas de formación en la empresa, o duros entrenamientos deportivos, o pasar horas y horas estudiando, si los efectos se desvanecen al cabo de 15 días.

Pero, ¿dónde están la clave del óptimo rendimiento y la eficiencia y eficacia personal, académica o profesional de manera permanente? El secreto está en la suma de tener las APTITUDES + ACTITUDES + PASAR A LA ACCIÓN (A3).

La actitud, entendida como la predisposición positiva para llevar a cabo o conseguir algo, es clave, pero no basta. ¡Podemos querer y no poder! Podemos tener la actitud correcta, pero debemos de tener aptitudes innatas a nivel neurofisiológico y aptitudes adquiridas a través de un aprendizaje intenso y anclado como nueva red neuronal, que permitan al ser humano llevar a la acción todo su potencial y que éste se mantenga de manera permanente.

El miedo, la ansiedad, el cansancio y el estrés sin autoconsciencia ni autogestión afectan a nuestra fisiología provocando una inhabilitación neurofuncional de APTITUDES innatas, como la pérdida de la capacidad de la escucha o la Coherencia fisiológica, por ejemplo, y APTITUDES adquiridas, como bloqueos y pérdida de habilidades y talento que acaban incidiendo en nuestro rendimiento, eficacia y bienestar personal. Estas “inaptitudes”, de forma sostenida, conducen a la apatía y al bloqueo de nuestras funciones cognitivas ejecutivas básicas: disminuye la concentración, la capacidad de comunicación, la creatividad, la toma de decisiones correcta sin indecisión, el autocontrol emocional y, en consecuencia, nuestro rendimiento personal, profesional o académico y, evidentemente, a largo plazo, nuestra salud física.

Lectura recomendada: “Madera de Líder”, de Mario Alonso Puig

Y la próxima semana… “La inteligencia emocional”

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